Tras pasar parte de la noche escuchado música y retrasando
hasta el límite la hora de salida, me doy un corto y tranquilo paseo de
camino a casa, con la mirada puesta en la pantalla del móvil y los dedos deslizándose por
el teclado paro. Me percato de que éste es uno de esos momentos
placenteros que nos regala la vida. El placer de la soledad, en ocasiones
amarga y agobiante para unos, para mi resulta deliciosa y delicada... El ruido
del silencio y la tranquilidad que trasmite me lleva a olvidar por segundos la zozobra
del existir, ¡llamarme loco! Pero el sentirte vivo en medio de esta
ausencia de todo me recuerda una canción (Europa, Carlos Santana). El punteo de una guitarra de blues haciéndome flotar en la melodía de una balada, sentimiento capaz de sacarme una sonrisa al
pensar en ella, dulce y erótico anhelo de tenerla a milímetros de mi piel
rozando con mis deseos su espalda, creyendo oír el ronroneo de su ternura
acurrucándose junto a mi.
Y es que es verdad eso que dicen: soñar es gratis. Más
aún cuando el silencio te induce entre pestañeada y pestañeada a
creer que una noche brotara de mi una sonrisa en la oscuridad, porque ella
estará ahí rompiendo el ruidoso silencio con su existir.
TRnegroni...
que preciosidad, yo aun no convivo bien con mis silencios... aceptare esa canción como sugerencia...
ResponderEliminar#precioso la música siempre es buena compañía, y este caso, temazo de uno de los grandes, uff ...
ResponderEliminarno es fácil gestionar bien los silencios no ...